Curso en línea para matrimonios
El curso está dirigido a los matrimonios que deseen optimizar, mejorar, restaurar y fortalecer sus relaciones de pareja, y que pese a sus esfuerzos no han podido, o no pueden relacionarse en condiciones de excelencia con sus cónyuges, ni con sus hijos. De manera especial también podrás encontrar que las conferencias están dirigidas a quienes sostienen relaciones matrimoniales tormentosas y consideran que están llegando al punto inevitable de la separación o el divorcio.
El curso completo está constituido por catorce lecciones, divididas en dos niveles, Nivel Básico y Nivel Intermedio. Quienes deseen tomar el curso pueden escuchar las conferencias todas las veces que deseen, también pueden descargarlas o compartirlas a quienes lo necesiten. No cobramos derechos de autor, nos fundamentamos en que la Biblia dice “de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8). Es esto, lo que tratamos de hacer precisamente al compartir este curso online de forma totalmente gratuita.
Cartilla de ejercicios
También te invitamos a descargar en forma totalmente gratuita las cartillas que contienen reveladores e interesantes ejercicios, los cuales han sido elaborados cuidadosamente para ser resueltos por los participantes al terminar de estudiar cada lección. El realizar estos ejercicios, te permitirá percibir con mayor facilidad lo expuesto, afianzar lo aprendido, cambiar hábitos, modificar circunstancias y re descubrir nuevos conocimientos acerca de cada tema.
Los ministerios de parejas, pastores, líderes, consejeros cristianos, o personas que deseen ahondar más en este preciado conocimiento, pueden adquirir nuestros libros en forma impresa o digital, a precios muy cómodos en el Centro de Literatura Cristiana CLC o en Amazon.
¡Da click en el enlace de la lección que desees escuchar y listo!
Toma apuntes, profundiza en los versículos y practica cada enseñanza y principio. ¡Persevera por tu familia!
Nivel Básico
Lección Uno:
¿Por qué hay problemas en los hogares?
La desobediencia a Dios trae como consecuencia un sinnúmero de motivos, comportamientos y pretextos, causantes de que los matrimonios no puedan alcanzar la verdadera felicidad. Durante el proceso de restauración de nuestro hogar, pudimos identificar algunos de estos motivos, los cuales se convierten en verdaderas ataduras espirituales que nos impiden ir a donde realmente queremos llegar como familia, se oponen a que logremos lo que realmente deseamos y no nos dejan alcanzar un nivel adecuado de interrelación constructiva como pareja. El resultado es el fracaso.
Lección dos:
No somos iguales, nos complementamos
Quienes nos unimos en matrimonio somos uno y es fundamental entender esta verdad bíblica: El hombre y la mujer se complementan recíprocamente hasta lograr el grado de perfección esperado por Dios. Solamente interiorizando esta verdad, apropiándonos de nuestro diseño original y actuando de conformidad, podremos obtener el matrimonio que tanto anhelamos, un matrimonio de calidad, en el que se disfrute plenamente la relación de pareja y se optimice con el paso de los días la bendición de la reciprocidad.
Lección tres:
¿Cómo tener un matrimonio victorioso?
Quienes desean un matrimonio triunfante deben dejar de construirlo siguiendo sus propias ideas, y en lugar de eso, clamar al Todopoderoso para que sea Él quien les guíe en la construcción de su hogar, teniendo claro lo que dice la Biblia, a lo cual nos hemos referido insistentemente desde un comienzo: Si no es el Señor quien edifica la casa, la familia y su entorno, mediante lo establecido en Su Palabra, de nada sirve que se esfuercen los cónyuges.
Lección cuatro:
Causas externas del fracaso en el matrimonio
Tratar de solucionar las dificultades a la manera del hombre natural y no a la manera de Dios, solo profundiza las crisis familiares; se ahondan los dolores, se causan nuevas heridas, y por más que los cónyuges quieran avanzar, permanecen estancados por años en las mismas contrariedades, como nos sucedió a nosotros como pareja. Se esfuerzan, hacen propósitos, tratan de cumplir sus promesas, pero fracasan, y todo porque no han descubierto la verdadera causa por la que surgieron las complicaciones.
Lección cinco:
Bendiciones para el matrimonio y cómo adquirirlas
Es un derecho aparentemente intangible, pero verdadero y disponible para el creyente. No es cuestión de buena o mala suerte. En realidad, el asunto es mucho más simple, porque sí es posible saber si hay bendición o no en la vida de una persona. A veces escuchamos de gente que salió de la ruina porque ganó grandes cantidades de dinero de una forma extraordinaria (un premio de la lotería, apuestas, un logro artístico, una invención, una herencia inesperada, grandes transacciones legales o ilícitas, etc.), pero también oímos que su fortuna se esfumó. Porque no se trata de suerte, ni de la habilidad humana, sino del favor de Dios en beneficio de una persona, familia o nación.
Lección seis:
El perdón como un estilo de vida
Los esposos no saben lo que hacen cuando no perdonan. Si supieran las graves consecuencias que atraen, perdonarían; pero son muchos los cónyuges que por diferentes razones (a veces porque se sienten muy heridos y se creen incapaces de perdonar), desconocen la magnitud de los efectos que aún pueden ponerse en su contra. Andan como sonámbulos, porque no saben lo que hacen, ni conocen la verdad. La Biblia dice: «…conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (véase Juan 8:32). El perdón es una de esas verdades: el perdón nos hace libres.
Lección siete:
No tenemos lucha contra carne y sangre
En esta lección vamos a estudiar qué hacer cuando, a pesar de los esfuerzos, no hemos podido lograr que nuestro cónyuge cambie, y que nuestras relaciones interpersonales como pareja mejoren. Hablaremos principalmente sobre casos difíciles, donde uno de los dos tiene toda la buena intención de hacer que las cosas sucedan, mientras el otro no está muy dispuesto a asumir el compromiso.
Nivel Intermedio
Lección ocho:
Secreto estratégico para un matrimonio victorioso
No importa la situación por la que atraviese tu matrimonio o tu vida, si estás en quiebra o desempleado, si disfrutas o no de la admiración de tu cónyuge; estés como estés, sobre ti reposa una promesa divina: «…te bendeciré, y multiplicaré...». La Biblia está llena de promesas para ti y para tu matrimonio que tal vez no hayas descubierto todavía. Para disfrutar de ellas, primero hay que recibirlas, por fe. Es por ignorar estas verdades que muchos hogares languidecen y muchas familias están arruinadas. Siendo ricos, mueren pobres; siendo bendecidos se apagan, como si solo estuvieran destinados al olvido.
Lección nueve:
Cómo obtener de Dios todo lo que pidamos
La oración es el arma más poderosa para librar cualquier guerra, la única puerta de acceso a los lugares celestiales, la forma establecida por Jesús para que el Padre te escuche en lo secreto y te recompense en público, y una de las armas más eficientes de nuestra milicia para destruir cualquier fortaleza enemiga. Por medio de una vida de oración puedes llegar a generar cambios tan asombrosos que en ocasiones pueden ir aún más allá de tus propias expectativas.
Lección diez:
Un gozo nuevo
El gozo al interior de la relación matrimonial es el deleite que resulta de poder disfrutar la salvación y la presencia de Dios en el ámbito de nuestra vida de pareja. Sobreviene con el milagro de poder acompañarnos y sumar en la vida y expectativas del otro a pesar de nuestros defectos y limitaciones, al emprender retos juntos y concluirlos. Es el gozo de verle reír, compartir esa sonrisa y disfrutar ser parte de su vida, descubriendo que causamos lo mismo en él(ella). El gozo de caminar juntos disfrutando el paisaje, compartiendo la mesa sin importar lo que tenga,.. sin embargo, actualmente muchos esposos y esposas no están disfrutando del gozo de vivir en pareja y disfrutar el resultado de lo que han sembrado juntos. A menudo esto obedece a que se dejan llevar solo por lo que sienten o piensan, guiándose por el corazón y no por la decisión de amar que inspiró el compromiso al empezar sus matrimonios, tal como debe ocurrir en todo momento.
Lección once:
El poderoso alcance de los pactos y las promesas
Lo que ignoran los ateos (y desgraciadamente muchos cristianos) es que el matrimonio es un contrato ESPIRITUAL, diseñado e instituido por Dios para el ser humano (véase Génesis 2:18), un modelo perfecto de complemento mutuo en términos de idoneidad que va mucho más allá de la atracción física y la sexualidad. Aunque las personas no lo quieran reconocer, cuando un hombre y una mujer tienen relaciones íntimas inmediatamente pasan a ser una sola carne, sus espíritus se unen y todo lo que tiene el espíritu del uno, se transfiere al del otro. Si Cristo señorea en la relación de una pareja que se une en obediencia a Él, tienen un poder inmenso a su favor: el Espíritu Santo. Mientras que si la pareja no sigue las pautas que estableció el Inventor del matrimonio para ellos, queda sujeto a las consecuencias de violar ese pacto de origen divino.
Lección doce:
Más allá del amor
Lo primero que deberíamos conocer quienes deseamos matrimonios victoriosos es qué significa el amor realmente, para que aprendamos a poner el fundamento correcto. De lo contrario los cimientos de la relación serán los mismos de la gente que se conforma con el «sentido común» y cree saber qué es el amor, confundiéndolo con el enamoramiento, o con la simple atracción, conceptos frágiles y fácilmente perecederos. Pero el amor del que habla la Biblia en Primera de Corintios 13, nunca deja de ser, porque viene de la voluntad, de una decisión. Cuando vas al altar, tomas una determinación y entras en un pacto.
Lección trece:
Porque una cosecha, alcanzará la otra cosecha
La falta de dinero afecta todo, empezando por los matrimonios. En algunos países el dinero es la principal causa del divorcio. Si una persona está pasando por una crisis financiera, la situación parece succionar todo a su alrededor. Nubla toda visión, se lleva la esperanza, al punto que los cónyuges empiezan a pensar únicamente en cómo sobrevivir, cómo llegar al viernes, quedándose hasta sin tiempo para dedicar a Dios.
Lección catorce:
El matrimonio en el corazón de Dios
Desde el principio fuimos hechos a Su imagen y semejanza, y bendecidos. Pero Dios también les dijo a Adán y Eva unas palabras que encierran el enorme propósito del precioso plan divino; les declara: fructificad y multiplicaos. Por medio de esta frase Dios expresa y nos revela de manera abierta y manifiesta su deseo. En otras palabras, tal vez un poco más contemporáneas, lo que el Señor nos está diciendo es: «Ahora que han sido creados a mi imagen y son portadores de mi bendición, quiero que se reproduzcan en otros que sean como ustedes». Cuando una pareja contrae matrimonio, lo primero que Dios hace es bendecirla. Desde el comienzo de la historia humana, Dios bendijo a Adán y Eva, y estableció que la bendición por Él impartida, pasara de familia en familia, de generación en generación.
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